Volvemos a casa 12 horas después de haber empezado la fiesta del primer cumpleaños de Luca, el hijo de Tom y Melanie. Toda nuestra ropa, los zapatos, el coche, el pelo, la piel, es un inmenso y penetrante aroma de madera quemada; cenizas, restos de huesos quemados en la hoguera del jardín, humo de barbacoa y fogata. No es que se haya quemado nadie, lo que pasa es que estar tantas horas delante de una hoguera tiene estas consecuencias. Deberíamos meternos directamente en la lavadora. Poner el programa a 90ºC, lejía (sin suavizante) y que las dos horas del programa más largo de nuestra Whirlpool se encargase de eliminar este olor. No me imagino ser la esposa de un bombero que apaga incendios en cualquier bosque del mundo.
“Deberías cambiar de trabajo, mi vida”.
“Siempre quise ser bombero, no puedo dejarlo”.
“Toda tu ropa huele a “chotuno”; esto es insoportable. ¿No te podías quedar en la ciudad y rescatar gatitos de los arboles?”
La esposa del bombero de bosques debe tener dentro de sus fosas nasales metido el mismo aroma que desprendemos nosotros ahora. No son horas de poner la lavadora: seguro que el bebé de los vecinos está dormido y nos sabría mal despertarlo. Ni de meterse en la ducha: a las 2:30 de la madrugada, después de un día tan intenso, lo que realmente necesitamos es meternos en la cama, dormir y dejar mañana la casa aireándose durante todo el día para que desaparezca éste olor. Antes de que mis ojos se cierren empujados por un ejército de motas de ceniza, repaso alguno de los momentos de éste primer cumpleaños del pequeño Luca. Un Aries devorador de pasteles de chocolate que tiene la piel de su madre y los ojos de pillo de su padre.
Flash Número 1: El pollo y las cervezas.
Todo lo que necesitamos llevar a la barbacoa son unos trozos de pollo y dos packs de 6 de cervezas Coopers. Buscamos en el Woolworths la bandeja de pollo con mejor cara. Sin maquillaje, sin la piel brillante; con el corte exacto para que tarde en hacerse el mínimo tiempo en la barbacoa. Lo vemos, alargo el brazo y se lo arrebato a un australiano con cara de pocos amigos. “Lo siento tío, nosotros ya estamos metidos en el juego aussie”, pienso mientras lo meto en el carro de la compra. Si lo que quieres es comprar alcohol en South Australia tienes que salir del supermercado. Irte a una tienda que se llama “El Camello Sediento”, aparcar el coche dentro y entrar en un frigorífico gigante en dónde hay centenares de cajas de cervezas. Coges tu caja con 24 cervezas y si fuéramos el inglés de la fiesta de despedida de Gabor, te la podrías beber de una sentada, pero siendo nosotros, cogemos dos packs de 6 y lo repartimos con el resto de invitados del cumpleaños. Estamos dentro de la fiesta.
Flash Número 2. Los viajes por el mundo.
El padre de Tom terminó un día sus estudios de Derecho y le dijo a su novia de la universidad: ”Durante los próximos dos años olvídate de todo. Nos vamos a recorrer el mundo”. Cogieron un avión hasta Moscú y trazaron tres líneas en el mapa del mundo que tenía dibujado en su libro de bachillerato. Una línea que recorría toda la Europa que queda a la derecha de Rusia; otra que llegaba hasta el cono sur de la India, y la tercera que llegaba hasta Sudamérica. Partieron el primer año de forma equitativa: 6 meses hasta que llegaron a España, y los otros 6 meses visitando los países que terminan su nombre en “-stan”: Afganistán, Pakistán, Turkmenistán. Luego visitaron la parte de la India más pobre y con el dinero que había ganado como camarero en un bar gay de la zona, compraron un billete de avión hasta Sudamérica. No ahorraron mucho dinero, lo justo para el vuelo. Intentaron imitar el viaje que hizo el Che en su motocicleta, pero no lo consiguieron terminar. Evidentemente con el intento ya mereció la pena. Luego pensaron que para formar una familia no había mejor sitio que volver a su hogar australiano. Tuvieron tres hijos y hoy están celebrando en la casa del mayor, el primer año de su primer nieto: Luca.
Flash Número 3. Regalos envueltos en papel de periódico.
Una fiesta de cumpleaños culmina siempre en el momento de la entrega de los regalos. Mientras Luca se llena la boca de pasteles de chocolate, virutas de colores y caramelos M&M´s, Tom tiene que ir abriendo todos los paquetes que ha recibido. Ropa, juguetes, zapatillas diminutas. Para que nadie se sienta triste por no recibir regalos, existe una tradición australiana (o por lo menos en casa de Tom y Melanie), de ir pasando un enorme paquete envuelto en papel de periódico. Todos los invitados participan en el juego. Tom pone una canción de niños en el reproductor de música. Algo así como “en el auto de papá nos iremos a pasear…”; mientras tanto el regalo va pasando de un invitado a otro. La canción suena, el paquete se mueve y de repente la música se para. El invitado que tenga en ése momento el paquete en sus manos, tiene que abrir el paquete. Le quita el papel de periódico, como si fuera la capa de una cebolla y le aparece un regalo: un juego de cartas, un bolígrafo, un silbato en forma de pelota de fútbol. A la cuarta vez que Tom aprieta el botón “Pause” de su reproductor, el paquete lleno de regalos está sobre mis manos. Más de treinta personas mirando hacia mí. Sonrisa de agradecimiento y arranco el papel de periódico que esconde mi regalo sorpresa. Un silbato en forma de balón de fútbol. La música de los payasos de la tele vuelve a sonar.
Flash Número 4. La suela de plástico
El fuego te atrapa si eres capaz de mirarlo más de diez segundos sin pestañear. Te hipnotiza, te lleva a dónde quieras. El pollo se está terminando de hacer sobre la barbacoa, mientras el frio me lleva hasta la hoguera que han encendido los chicos australianos. Tom y tres de sus amigos se sientan alrededor del fuego. La noche es fría, llueve y no hay mejor lugar en el mundo ahora que estar delante de esta hoguera. No importa si me he dejado en casa la chaqueta de invierno, con el calor que desprende el fuego voy a ser capaz de aguantar todas las horas que haga falta. Los australianos hablan acortando las palabras. Me cuesta seguir el ritmo de lo que dicen, pero yo he venido a dejar que las suelas de plástico de mis Converse se derritan lo justo para que me calienten los píes.
Flash Número 5. Las posturas
Nuevo juego alrededor de la hoguera como excusa para ir bebiendo mientras pasa la noche. “Yo nunca he hecho…”. Para qué engañarnos, la frase siempre se termina con algo referente al sexo. Si nunca has hecho lo que acaba de decir el que empieza la ronda, te va a tocar beber; si la respuesta es que sí: no importa si bebes o no. Te vamos a interrogar hasta que confieses con quién, cuándo, cómo, dónde o cuántas veces. El sexo siempre vende. Un ejemplo ligero: nombres raros de posturas sexuales.
Gecko (La lagartija): Ducha compartida. Las palmas de ambas manos de la chica sobre la mampara de la ducha. Intento de escape mientras las manos parecen escalar por la mampara. Vaho y gotas de agua caliente. El resto os lo dejo a vuestra imaginación.
Flash Número 6. La última canción.
Fin de fiesta. La mayoría de invitados está durmiendo en su cama desde hace horas, pero los buenos todavía estamos alrededor de la hoguera. Ha llovido tanto sobre nosotros que me parece raro que las llamas todavía nos estén calentando. El portátil de Melanie tiene las canciones de la fiesta. Ella es la disc-jockey de ésta noche. Baila mientras suena Manu Chao, Jarrad imita la voz de un grupo australiano, Muireann se mueve al ritmo de una canción de Drum´n´bass. Todos tienen su canción, que va a sonar en cualquier momento de la fiesta. Es el momento de nuestra canción. “Esta va a ser vuestra canción chicos”, creo que dice Muireann. Vamos al centro de la pista que se ha formado espontáneamente en el jardín. Un segundo de silencio y los primeros acordes de “Alive”suenan en la pista verde. Los coros corren por nuestra cuenta. Mis ojos le piden bailar a los pies de Lorena, que en seguida me dicen que sí. Mi boca le canta la canción entera y sólo la cierro para besar sus labios. Es la última canción y nos vamos a casa. Doce horas después, el cumpleaños de Luca ha terminado.
HOLA SAM ya veo que casi siempre teneis alguna fiesta que celebrar y parece que lo pasais bien..estos colegas buestros si que se lo montan-CHACHI PIRULI con tantas bacaciones y digo yo cuando trabajan..de todas maneras lo importante es que lo habeis pasado bien en la fiesta apesar de la lluvia UN BESO PARA LOS DOS ASTA LUEGUITO
ResponderEliminarMe parece estupendo que os relacionéis con mas gente y poco a poco no estaréis tan solos.Me apetece veros cerca, pero tendremos que esperar.
ResponderEliminarSigue escribiendo Sam lo haces muy bien. mami
tengo la sensación de que este blog está un poco abandonado...
ResponderEliminarYo también encuentro que no tengo comentarios que leer, un besote mami
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