6 meses después...llegó el invierno en Australia

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martes, 17 de mayo de 2011

Sueños de futbol australiano

No hay nada peor que despertarse en el mejor momento de un sueño. Estoy a punto de marcar mi primer gol en un partido de Footy (Fútbol Australiano) y suena la alarma del móvil. Lorena no se ha enterado del sonido del despertador, así que voy a retomar mi sueño, sabiendo que eso supondrá que ella llegue un poco tarde al trabajo.
Cierro los ojos y vuelvo al estadio en donde mi pierna estaba a punto de marcar el gol decisivo del último partido de la temporada. Era el fichaje estrella de los Crows de Adelaide. “El primer español que juega en la AFL (Australian Football League)”, anunciaron las portadas de los periódicos del país. Pero no consigo volver a ese mágico instante. Por mucho que cierre los ojos, el disparo que iba a suponer mi lanzamiento a la fama mundial no reaparece. Ahora el sueño se ha trasladado a otro lugar. Estoy en un parque enorme en medio de la ciudad. Sigo jugando a Footy, pero esto parece más un partido de casados contra solteros. No recibo una pelota y el resto de jugadores no paran de correr de un lado a otro sin que yo consiga atraparlos. Me fijo en un grupo de chinos que hay en otra parte del parque. Tienen marcadas unas líneas en el suelo con tiza y al final del otro lado, como a 100 metros de distancia, hay una pancarta que pone “Meta”. En chino. La opción de mi iPhone con subtítulos existe en mis sueños. Están a punto de dar la salida a una carrera. Ocho chinos vestidos con trajes de kung fu, con sus correspondientes cinturones negros, azules, amarillos y uno blanco, que debe ser el pardillo del grupo. Una chica vestida de dragón es la que va a dar la salida a la carrera. Antes de empezar, repasa las normas de la carrera.

“Y ya sabéis que quiero una carrera - pelea limpia, sin patadas en los testículos, ni mordiscos en la oreja. Está primera ronda sabéis que es “Estilo Mono Borracho”. El que incumpla las normas, quedará inmediatamente eliminado”, la voz de la china me llega en español. Creo que mi iPhone tiene otra aplicación nueva para sueños. Ya no necesitas llevar camisetas Custo, ahora te traduce directamente de la boca de cualquier idioma y llega a tus oídos en el idioma que elijas.

Si no he entendido mal, esta carrera de 100 metros es algo así como una pelea a “estilo mono borracho” entre todos los participantes, y el último que llegue queda eliminado. Así de entrada me parece un poco rara, pero en cuanto la chica vestida de dragón da la salida lo entiendo perfectamente. Los 8 chinos salen corriendo haciendo movimientos de kung fu a lo “mono borracho” (el que no haya visto en su adolescencia una película de kung fu no sabe lo que se pierde) y tienen que ir peleando con los otros contendientes. El del carril número 4 recibe hostias por todos los lados. Debe ser el favorito, porque aparte de llevar cinturón negro, es el que se ve más fuerte. Todos contra todos imitando ese magnífico estilo “mono borracho”. La carrera va avanzando lentamente. Nadie quiere llegar el último.
“¡La pelota, copón!”, me grita uno de mis compañeros de mi equipo de Footy. He dejado un poco el juego de mi sueño de hoy.
“¡Cógela que vas a marcar el gol de la victoria!”.
Casi me apetece más ver el final de la carrera – pelea de los chinos, pero el tema central de mi sueño era el Footy.

Reglas de Footy para que entendáis un poco de qué va el juego.
El sábado pasado, Jarrad y Tom, me explicaron un poco de qué iba el Footy.
Son 4 partes de 25 minutos. El campo y la pelota son ovalados. Hay cuatro postes: dos centrales (postes de meta), que son los más altos, y dos a su lado más cortos. Cada equipo juega con 18 jugadores y de lo que se trata es de marcar cuantos más goles mejor. No hay fuera de juego y lo mejor de los árbitros es cuando se marca un gol. Ese movimiento de brazos junto al cuerpo, señalando con los dos dedos índices hacia el centro del campo, como diciendo: “Me mide de aquí (el índice de la mano derecha), hasta aquí (el índice de la mano izquierda)”, es brutal. La pelota se puede mover hacia cualquier lugar, y para golpearla hay que hacerlo con el puño o el pie. La trayectoria del balón siempre tiene que ser hacia arriba. El jugador puede correr con el balón en la mano, pero debe botarla cada 15 metros. El objetivo, por supuesto, es marcar más goles que el contrario. Un gol vale 6 puntos cuando la pelota, mediante un disparo con el pie, pasa entre los dos postes centrales. Si pasa por los postes cortos o utiliza otra parte del cuerpo, vale 1.
Creo que con ésta pequeña explicación os podéis hacer una ligera idea de qué va el juego. En el partido que estuvimos viendo el sábado en casa, jugaban los Gold Coast Suns (de Queensland), contra los Demons de Melbourne. El resultado final fue de 165  a 58, para los de Queensland. Un equipo que era totalmente nuevo y que se había formado con jugadores buenos de otros equipos. Es como si en la Liga de fútbol en España, se formase un equipo nuevo para la próxima temporada con Casillas, Iniesta, Messi, Ronaldo y algún otro así. Empiezan en Primera División y se llaman: Los Toritos de Albacete. Pues ganarían los partidos por 5 a 0 sin bajarse del autobús. Aquí, ese equipo es el Gold Coast Suns.


En mi sueño estaba a punto de coger la pelota para marcar el gol de la victoria de los casados. El sol siempre se mete en los ojos en estos momentos de tensión. La pelota va a cámara lenta y tengo tiempo de mirar la cara de cada uno de mis compañeros. Gritos desesperados, bocas abiertas, muelas picadas, lenguas amarillas de no lavarse los dientes; el equipo de los casados tiene muy mala higiene bucal. Esa es la idea principal que me estoy llevando hasta que espero que llegue la pelota a mis manos.
“¡Márcalo torete!”, me grita uno de mis compañeros.
Ser español te marca de esa manera. O era “torete” o era “bailaor”. El mote en mi sueño debería haberlo elegido yo, pero no importa. La pelota sigue cayendo hacia mis manos. Me da tiempo de mirar de reojo la carrera - pelea de los chinos del otro lado del parque. El que lleva el cinturón azul (carril 5) va destacado. Está simulando que se va a caer como un borracho justo antes de llegar a la meta. El de cinturón blanco y naranja, luchan a brazo partido para no ser último en llegar a la meta y quedar eliminado.
Me giro hacia la pelota. Todavía no llega a mis manos. Qué grande son los sueños a cámara lenta, pienso mientras la pelota ovalada dibuja círculos perfectos sobre el cielo de Adelaide. Acerco mis manos para cogerla. Estoy sólo ante los palos grandes. El marcador está apretado: Casados 131 – Solteros 132. Con un gol de 6 puntos ganamos. Con un gol de 1 punto, hay empate, prórroga y cómo le explicas a la mujer que el partido se ha alargado. Lo digo por las mujeres del resto de mis compañeros. Lorena está animándome en mi sueño y está en la banda. La veo cómo esta saltando para que marque el gol de la victoria. Me da tiempo de saludarla y enviarle un beso con la mano antes de coger el balón y marcar el gol de la victoria. Faltan pocos centímetros para que mis manos cojan la pelota ovalada y…
“¡Neno, que son las 8:30! Nos hemos dormido”, un codazo en el hígado de la Lorena que duerme a mi lado cada noche me despierta del sueño.
“Nena, que iba a marcar el gol de la victoria”, le protesto con pena.
“Va, que hoy tengo una reunión de proyecto a las 9:00”.

No hay tregua. Lo dicho: no hay nada peor que despertarse en el mejor momento de un sueño.

2 comentarios:

  1. hola SAM nos tenias a todos intrigaos porque pensabamos que al final marcarias el golll de la victoria pero como en otros muchos sueños no se hizo realidad..y tampoco sabemos si LORENA llego tarde al trabajo..y el chino que quedo eliminado..
    pero eso es otra historia que ya sabremos el final...HALA UN BESO FUERTE PARA LOS DOS----
    ASTA LUEGUITO CHAOOOOO

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  2. Menudo partidito en la cama. Tu ves a esa persona en la cama y no puedes imaginar lo que sucede en su cabeza. Yo he tenido sueños donde no se cumplían mis deseos. Preocupada por el trabajo
    soñaba que no llegaba, que me salían mal las cosas. Los sueños , sueños son. Un besote.Mami

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